La Parroquia en Imágenes

20 de diciembre de 2011

Cuarto Mandamiento


En los noticieros aparecen noticias preocupantes: Padres agreden director de escuela; Jóvenes matan policía; etc, etc. En estos tiempos nos hemos acostumbrado a que la idea de autoridad es algo malo, entonces, todo aquello que esté relacionado cono ello, debe ser atacado. Recuerdo una conversación con un gendarme en los años ’80; el contaba como, con el regreso de la democracia, veía una creciente agresión contra las fuerzas de seguridad, y parece que la historia es como una hamaca, de un abuso destructivo de autoridad, hemos caído en una negación total hacia la misma. Una hamaca viene y va. ¿Volveremos, será, nuevamente a un autoritarismo? En nuestro país, en el fondo, hay una tendencia subyacente de autoritarismo, aún la falta de control, es en lo último, imponer una voluntad, sin respetar la del otro, faceta distinguida en el autoritarismo.
Y allí aparece el Cuarto mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y sea de larga vida sobre la tierra. Dicen los analistas, es el primer mandamiento con promesa, honrar a los que nos dieron la vida. ¿Lo hacemos? ¿Es una honra hacer colas por horas para cobrar una pensión luego de una vida de esfuerzo? ¿Es una honra la cobertura médica pensada para apurar la muerte? ¿Es una honra el poco tiempo que los hijos les dedican a sus padres ancianos? El trato a los ancianos refleja nuestro valor hacia la autoridad. La iglesia, desde siempre presentó este mandamiento también como el valor de la obediencia a las autoridades
Con respecto a los padres, Dios nos dice el valor que deben tener para nosotros aquellos que nos engendraron, nos educaron con valores buenos y malos, pero lo hicieron, nos hicieron personas, y le debemos obediencia, respeto y valoración. Nos habla de la honra, incluye el amor, habla de esa situación de relación vital, reconocimiento a su vida, a su esfuerzo, a su trabajo.
Claro, que en esta vida encontramos padres que tienen actitudes violentas hacia sus hijos, allí es donde debe primar la voluntad de Dios: “Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4) Los padres también deben someterse a la voluntad del Señor, y ser los primeros en aplicarla a su vida, siendo un ejemplo para los hijos.
La promesa dada de irte bien, no deja de lado lo material, lo incluye, pero especifica una buena vida; y la buena vida es una conjunción de cosas, específicamente es una buena vida física, sin enfermedades, sin graves problemas; una buena vida emocional, con equilibrio sicológico y sanidad emocional-mental; una buena vida espiritual, en paz interior y en comunión con el Creador. Y ello se refleja en nuestras palabras, actitudes, proyectos, se refleja en nuestras sonrisas, en la mirada, en el trato con los demás.
Hoy, en medio de los postulados post-modernos, el que siendo uno de ellos, el cuestionamiento de todo lo que signifique autoridad, el Señor nos dice que las valoremos; que no las menospreciemos, que les tengamos aprecio ya que ellos fueron puestos por Él según Romanos 13 para un orden y una buena vida terrenal; que los respetemos, que no pierdan su dignidad de autoridad ni los derechos que eso les confiere, ya que tendrán que rendir cuentas también a Aquel que les encargó este servicio; nos invita a que les sirvamos, que nos pongamos a su disposición para que su labor sea productiva y ligera, no solo para beneficio nuestro, sino también para beneficio de toda la sociedad; desde ya obedecerles mientras tanto estén reflejando las leyes justas en sintonía con la Constitución de todas las Constituciones y Leyes, la Biblia, la Palabra de Dios; y el último, quererles bien, demostrarle nuestro afecto y agradecimiento a nuestras autoridades.
Que en tu corazón puedas renovar tu cariño y afecto hacia tus padres, ellos fueron vitales para tu vida, perdónalos si te hicieron daño, también protégete si este padre o madre quiere hacerte daño, ya que lamentablemente, en algunos el pecado ha destruido el afecto y el razonamiento, ayúdales si está al alcance de tus posibilidades, no te olvides de ellos, especialmente cuando lleguen a la ancianidad y empiecen a necesitar de otros, se tú el primero en estar, así como ellos fueron los primeros en estar cuando siendo niño, los necesitaste. Honra y obedece a las autoridades justas puesta por Dios, el Señor bendice tanto a las autoridades como a los ciudadanos que en honra y respeto a la Voluntad Divina, se acogen y refugian en la fe salvadora.

Carlos Brinkmann

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