Primeros
beneficiados por la Pasión de Jesús
La
Pasión de Jesús es el mas grande de los muchos beneficios que Dios ha otorgado
a la humanidad, y podemos tomar a 6 personas como valores importantes de haber
recibido los beneficios de la obra de Cristo.
1) Malco, Lucas 22:50-51. Cuando Pedro trató de defender
a Cristo, éste, dando ejemplo de su propio mandamiento de amor hacia los
enemigos, dio el beneficio de la curación al criado del Sumo Pontífice. ¿Qué
caso hizo del mismo? ¿Lo agradeció? Se cree que fue él quien denunció a Pedro
ante aquella criada pariente suya. Siempre es más fácil recordar los males que
los beneficios que recibimos. ¿No hacemos así nosotros? ¡Cuantos bienes
recibimos de Dios y qué poco perdonadores somos con nuestros prójimos!.
2) Barrabás, Lucas 23:18-19. Se supone que era el jefe
de los otros dos crucificados. Salteador de caminos, bastante conocido, intentó
hacer una revuelta, causando una muerte. Aprisionado, sus sueños de gloria se desvanecieron.
Le sorprende la orden de libertad. ¡El Justo crucificado en mi lugar!. No era
injusticia, sino el gran amor de Dios a los pecadores. ¿Comprendió, creyó? No
lo sabemos, pero es para recordar: ¡Jesús murió en mi lugar!
Tú y yo
somos Barrabás en la cárcel de la vida. ¿Quién intercederá por nosotros?
Nuestra condena es justa. Pero un día oímos que Jesús, el Hijo de Dios, murió
en lugar nuestro y lo hizo voluntariamente. ¡Maravilla de amor! ¿No debemos
aceptarlo alegres? Salgamos de la cárcel del pecado, postrémonos ante Él y
vivamos una nueva vida.
3) El ladrón de la cruz, Lucas 23:39-43. Jesús tuvo el
gozo de ver fruto de su obra en medio de sus sufrimientos. “Señor acuérdate de mi cuando vengas en tu Reino” Esta historia es
la mejor lección de teología sobre el tema de la salvación, pues nos enseña:
a) La necesidad del arrepentimiento. El ladrón no habría sido perdonado tan
pronto de no haberse mostrado tan arrepentido. A un joven bueno, Jesús le dijo:
“No estás lejos del Reino de Dios”. A
un ladrón malvado: “Hoy estarás conmigo
en el paraíso” ¿Por qué? El primero no estaba arrepentido, no tenía
necesidad, se creía bueno. ¿Te has sentido pecador delante de Dios? Este
incidente nos muestra cuán dispuesto se halla Cristo a salvar en el acto al mas
vil pecador
b) La perfecta seguridad de la salvación. “Hoy”, no después de muchos días ni
purgatorio de por medio. El perdón que Jesús dio al ladrón lo da a cada
pecador, ¿por qué no se lo pides?
4) María, la madre de Jesús fue otra beneficiada, en
medio de su dolor recuerda las palabras de Simeón que le hablaron de aquella
espada que se le clavaría en el pecho.
Jesús
amaba a su bendita madre por un doble motivo, el humano, era su madre terrenal;
y como creyente, era pecadora que necesitaba también un Salvador. Si Jesús moría
como substituto de Juan, el discípulo amado podía bien substituirle en sus
deberes humanos. Juan entendió pronto el significado de las palabras de Cristo
al recibir a María consigo, y la atendería bien, recordando que era el último
deseo de su amado Señor.
¡Que
seamos ágiles e inteligente para entender los deseos de Cristo, los que El nos
ha expresado por su palabra y que nos revela por las circunstancias! Como Juan,
seamos ayuda y consuelo de aquellos a quienes Jesús ama.
5) El centurión. Parece ser la primera respuesta del Padre a
la petición de Cristo a favor de sus enemigos. Este también lo era. Las
palabras del Salvador se irían acumulando en su conciencia y cuando el cielo
oscureció y la tierra tembló, reconoció al Hijo de Dios, Marcos 15:39. ¿Fue
salvo? Parece lo más probable, pues si fue sincero en su declaración, Dios no
lo dejaría sin mas luz.
6) Nicodemo, Juan 19:39-40. Recibió un gran bien de la
muerte de Cristo. ¿Cuál? Transformarlo en un cristiano fiel y decidido. El día
de la discusión en el Senado no dijo: Yo soy su discípulo. En cambio, cuando
todo parecía fracasado, se decide a manifestarse, y gasta dinero. Si el pequeño
vaso de perfume de María valía 300 jornales, casi un año de sueldo; ¿Cuánto
costarían 30 kg…?
Su
sacrificio no fue en vano. Ha habido y hay muchos cristianos como Nicodemo,
creyentes temerosos que quieren conservar sus amistades, su posición en el
mundo, juntamente con su fe. Bien que ocupemos posiciones elevadas, si es para
glorificar mejor a Cristo, pero nunca si fuera un impedimento a nuestra vida
cristiana. Nunca fue más grande Nicodemo que aquél día en que defendió a su
Maestro, pero no debía ser un solo día. Fue el Calvario que cambió su vida;
allí vio la maldad de sus compañeros y la grandeza del amor de Jesús y no pudo
disimular más.
Para
reafirmar nuestra fe y nuestro celo nos conviene mirar al Calvario, considerar
de veras el amor que se manifestó allí. Sentir que fue por nosotros y
apreciarlo como si no hubiese otro pecador a quien salvar.
Aquella
Pasión bendita que tantos bienes ocasionó desde el mismo momento de su realización
ha continuado beneficiando a millones de almas trayéndoles la salvación y
cambiando su actitud para con Dios y para con sus prójimos. Que pueda traer en
la conmemoración de este año, el máximo beneficio a cada uno de nosotros.
Carlos Brinkmann
Adaptado de la
Revista Teológica Nº 72, Año 18, IV-1971
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