La Parroquia en Imágenes

19 de julio de 2013

La fidelidad a Dios trae bendiciones


Texto Bíblico: Oseas 5:15-6:6

Motivación:
Lectura del texto
Desarrollo:
El profeta Oseas vivió entre los años 780 y 690 a.C. en la parte norte de Israel, que pertenecía al reinado del norte, que estaba separada de la parte sur, Judá.
No fue un ministerio muy simpático, porque le tuvo que predicar a un pueblo que no respondió positivamente a esa predicación; y tuvo que ver el derrumbe, la invasión y el comienzo de la esclavitud de su propia gente.
Tanto Israel como Judá (Los dos reinos) gozaban de una cierta prosperidad material, producto de varios años de libertad, de paz, y son guerras con naciones vecinas.
Sin embargo, esta prosperidad material estaba viciada por tres elementos:
  1. La opresión de los ricos hacia los pequeños agricultores independientes, que luego de algunas malas cosechas, tenían que mal vender o entregar sus propiedades a los que ricos que les habían prestado dinero o los habían ayudado, y que estaban ávidos de cobrar sus préstamos, a cambio de tierras que terminaban valiendo mucho más de lo prestado, sumiendo a sus dueños en la esclavitud y en la pobreza al sacarles el medio de subsistencia
  2. No estaban siendo fieles a Dios, sino que tenían templos, figuras y cultos de otros dioses, dejando a Jehová de lado.
  3. Estaban practicando un culto superficial a Jehová, llenos de ritualismo y reglas que nadie practicaba; quedando el corazón y el espíritu fuera del mismo.
Ante esta situación, el profeta anticipa el final de esa nación, iba a ser invadida por una potencia guerrera, la nación de Asiria, que iba a imponer grandes impuestos a los israelitas del norte, llevándolos a la opresión y a la pobreza; y colocándoles un gobierno que no iba a respetar los derechos y las libertades, ni sociales, mucho menos religiosas.
Pero, el profeta les daba también la salida a esa situación, les daba los elementos de prevención: Era volverse a Dios en arrepentimiento, fidelidad y confianza.
Y Jehová toma la vida del mismo profeta como testimonio visual y práctico de la situación de la nación de Israel del norte; este profeta tuvo una mujer infiel, que por esa elección de vida, había caído en la prostitución y la esclavitud, comprándola a sus amos para que sea su esposa (Oseas 3:1-3)
Con este mensaje, Dios mostraba la vida del pueblo de Israel, que corrió tras otros dioses rindiéndoles cultos y adoración (Como Gomer, la esposa del profeta, que corrió tras otros hombres, haciendo un paralelismo entre la prostitución de esta mujer con la idolatría de Israel, marcando que la idolatría es como la prostitución); Israel, por su idolatría cae en la esclavitud, dominada por otros pueblos (Como Gomer, siendo una mujer que se la estaba vendiendo a otros amos); Israel, con un futuro oscuro, futuro de opresión y sufrimiento (Como Gomer que estaba en camino hacia la esclavitud); pero Dios quiere comprar y salvar a la nación de Israel (Como lo hizo Oseas con Gomer, su esposa comprándola de sus esclavizadores); y, de esta manera, Jehová espera una vida de fidelidad hacia Él, espera un cambio de vida de parte de su propio pueblo (Como esperaba Oseas de Gomer, fidelidad y vida ordenada, Oseas 3:3)
La realidad nos muestra que Israel no aceptó la propuesta e invitación divina, sino que la rechazó, no se dejó “comprar”; este pueblo no se arrepintió de su idolatría, de su culto de adoración cargado de reglas y ritualismo, pero vacio de espíritu y de corazón; no practicó la justicia social así como el mismo Dios lo había mandado, siguió oprimiendo y aprovechándose de la necesidad de los más débiles; y no creyó que el futuro iba a ser tan funesto para ellos (Razonaban, si hasta ahora nos iba bien, ¿qué podría cambiar ahora…?). Su futuro sí fue funesto y negro; fueron invadidos por los asirios, en el año 720 a.C.; perdieron la libertad que estaban teniendo; empezaron a ser oprimidos económicamente, pagando enormes impuestos para mantener al imperio asirio; parte de su dirigencia fue llevada a la esclavitud, torturados asesinados los oponentes, y la riqueza fue saqueada; se les impusieron valores extraños y hasta ofensivos para las personas; y no tuvieron la libertad de practicar su propio culto de adoración a Jehová, imponiéndoles otros dioses y formas de adoración.
Aplicación:
¿Y nosotros hoy? Si miramos, hay mucha similitudes, hay cierta prosperidad económica, pero hay sufrimiento e injusticia social; hay muchas iglesias y cultos, pero muchas veces, es una práctica sin compromiso y vacía de espiritualidad; y otros cultos y formas de adoración florecen como los yuyos en la vereda.
No debemos olvidar que Cristo nos rescató de la esclavitud del pecado, del diablo y del infierno entregando su vida en la cruz; y nos compró para Él en el momento mismo de nuestro bautismo. Por este obra, gozamos hoy de la libertad espiritual, de adorar sin pecados acusadores en nuestra conciencia, sin el dominio de Satanás, sin el temor al infierno, el castigo eterno; disfrutamos del gozo de la vida, de las bendiciones del Señor, de una vida en comunidad con los hermanos de la fe; una profunda paz, sin conflictos interiores y exteriores, ya que el amor de Cristo llena nuestras vidas y le da un valor de práctica visibles y palpables; nos renueva en la esperanza diaria de su providencia, de su presencia y de la seguridad de la vida eterna; y de saber, que, a pesar de nuestra muerte terrenal, sabemos que en la resurrección disfrutaremos de estar con el Señor por siempre.
Sin embargo, la realidad nos muestra que los cristianos mismos corremos tras otros ideales, sistemas de vidas, proyectos que se transforman en más importantes que Dios mismo, transformándose en nuestros dioses, ya que confiamos más en ellos que en el Señor; nos dejamos esclavizar y dominar por vicios, costumbres, sistemas del mundo, ajenos al de Dios; perdemos nuestra identidad de cristianos al querer conformarnos a la identidad del mundo, en nuestros chismes, fiestas sin límites, comportamientos extraños, etc; nos terminamos dejando oprimir, nos domina la angustia y el resultado de andar en estos caminos negativos, el camino hacia el infierno.
La invitación, es a renunciar a esos otros dioses, llámense como se llame, materialismo, egoísmo, hedonismo, etc; y vivamos en la fidelidad al Señor, sabiendo que hizo algo imposible de imitar, entregar su existencia para morir en la cruz y rescatarnos de la esclavitud espiritual; refugiémonos en esta maravillosa obra

Segunda reflexión

Tema: La Comisión Directiva, su labor bendita…

Motivación:
La primer Comisión Directiva fue elegida en el tiempo de los apóstoles, lo encontramos en Hechos 6:2-6 que dice: “Entonces los doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: ‘No está bien que desatendamos la proclamación de la palabra de Dios para atender a las mesas. Así que, hermanos, busquen entre ustedes a siete varones de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para que se encarguen de este trabajo. Así nosotros podremos continuar orando y proclamando la palabra’. Esta propuesta fue del agrado de todos los creyentes y eligieron… Luego los llevaron ante los apóstoles, y oraron por ellos y les impusieron las manos”

Desarrollo:
La labor de la Comisión Directiva es bendita porque se realiza al servicio de Jesucristo, el Señor de la iglesia.
Toda la vida de la iglesia tiene origen en el llamamiento del Espíritu Santo, que engendra la fe en la persona, haciéndola integrante viva de la iglesia universal de nuestro Señor Jesucristo. Por el bautismo somos adoptados como hijos de Dios. El Espíritu Santo da testimonio que somos hijos de Dios.
Posteriormente nos integramos a una comunidad local de creyentes, una congregación. Y nos congregamos para glorificar a Dios.
Para que el nombre del Altísimo sea glorificado se:
1)      Predica y enseña la Palabra a todos;
2)      Administran los sacramentos, Bautismo y Santa Cena;
3)      Se ejerce la disciplina eclesiástica;
4)      Se promueve el trabajo misional y el evangelismo personal;
5)      Cultiva la edificación mutua y la comunión fraternal;
6)      Practica la caridad cristiana.
Una congregación llama a un pastor guiada por el Espíritu Santo, para que en nombre de Cristo y de la congregación ejerza públicamente el ministerio de la Palabra en su medio y capacite a los miembros y los guie en una vida de testimonio.
También la congregación se organiza. Adopta estatutos, que estén de acuerdo con la palabra de Dios, que ayuden a realizar un trabajo armónico. Elige una comisión directiva. Y si lo considera necesario, se nombran diferentes comités y líderes de grupos: jóvenes, damas, caballeros. Se designa y capacita maestros de escuela bíblica, guías de estudio bíblico, visitadores, etc.
La labor de la comisión no se centra únicamente en la labor administrativa, comprende un valor espiritual y de guía a todos los miembros de la congregación, a saber:
a)      Los servicios (Todas las actividades donde participa la congregación) se celebren en los días apropiados, siguiendo los usos litúrgicos de la iglesia;
b)      Se predique la Palabra de Dios en su pureza, de acuerdo a las confesiones de la iglesia y por las personas autorizadas;
c)      Proveer de los medios para la instrucción cristiana de los niños, jóvenes y adultos;
d)     Mantener disciplina y orden en el aspecto de la vida cristiana, llamando la atención a los pecadores, y hasta excluyendo de la comunión a los que no se arrepienten;
e)      Tener el cuidado debido de los bienes de la congregación y haya una correcta administración;
f)       Ayudar al pastor en el cuidado de enfermos y necesitados;
g)      Cultivar y mantener la armonía y el buen trato entre los miembros;
h)      Fomentar el bienestar general de la congregación;
i)        La propagación y extensión del reino de Dios, la labor misional sea realizada;
Es una labor de bendición ya que llevan la obra de Cristo donde vayan, sembrando alegría y guiando almas a los pies de Cristo.
Como miembros de la comisión debemos siempre procurar la edificación mutua y el buen trato entre todos los miembros, incluyendo a la comisión, al pastor y a todos los que llevan adelante un servicio en la iglesia. Para lograr esta edificación y buen trato, como miembros debemos evitar:
a)      Ser autoritarios, queriendo imponer las ideas al resto;
b)      Ser un mal ejemplo, teniendo una vida lejos de lo que Dios pide a un cristiano, más a quien asume un rol de líder;
c)      Ser grosero sin medir las palabras, o ser amargado, de carácter explosivo o falta de paciencia;
d)     Guardar resentimiento, no queriendo perdonar:
e)      Ser interesado en el cargo, hacerlo por orgullo y no ejercerlo con dedicación, amor y alegría:
f)       Fomentar el espíritu de competencia o dar lugar a los favoritismos; y
g)      Poco conocimiento de la palabra y su aplicación, y no desear profundizar el estudio.

Aplicación:
Ser miembros de la Comisión Directiva y trabajar para el Señor en ese cargo es una privilegio, es una labor bendita; es una oportunidad de agradecer al Salvador por la salvación y por las bendiciones recibidas; y es el momento de poner en acción los dones recibidos por el Espíritu Santo. Muchas veces trae sinsabores, dificultades, críticas, es en esos momentos en los cuales tenemos que refugiarnos en el amor de Dios, y en el diálogo personal con el Señor, en la lectura de la Palabra de Dios, y en el diálogo con otros hermanos más experimentados, buscar la voluntad de Dios y descansar en ese camino, para vivir en la seguridad de que se está sirviendo a Dios, y no siguiendo los caminos de personas pecadoras.
Es muy valiosa la vida ejemplar que lleva el miembro de la comisión directiva, ya que eso apoya y da autenticidad el trabajo que se realiza. Reconocer que los miembros de la comisión directiva no somos perfectos, pero si somos pecadores perdonados por el amor de Cristo, que al alegrarnos por el perdón gratuito recibido, buscamos crecer en santidad y consagración.
Este crecimiento se logra con:
A)    Con el constante estudio y meditación de la palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo para aplicarla
B)    Aproximarse a Dios en oración para implorar su guía, interceder (orar) por otros miembros y agradecer por todo lo bueno que el Señor otorga
Estimados miembros de las Comisiones, estamos sirviendo al Dios Altísimo, y por ello recibiremos fuerzas y voluntad para seguir adelante. Que Dios los bendiga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario