La Parroquia en Imágenes

2 de septiembre de 2011

Las consecuencias de las elecciones de los padres caen sobre los hijos


En estos días, fines de Agosto de 2011, la sociedad argentina fue conmovida por el secuestro y muerte de una nena de 11 años, se llamaba Candela. Se hicieron marchas, entrevistas, se habló y rogo por todos los medios para que aparezca con vida; sin embargo, sus captores, personas que según lo afirma Efesios 2:1, están muertos en su interior, decidieron asesinarla.
Quisiera compartir con ustedes dos reflexiones sobre este tema. Esta primera reflexión esta basada en la influencia que tienen los padres sobre los hijos.
En este resonante caso, el padre de Candela esta en la cárcel, condenado por robo e investigado incluso por secuestro extorsivo. Se afirma que esta nena fue ejecutada como ajuste de cuentas, ya que su padre se quedó con parte del botín y no lo repartió con el resto de la banda; pagando esa diferencia una nena con su vida.
Aquí podemos ver como los hijos cargan con las consecuencias de las elecciones de los padres. Según el rumbo de vida que los padres tomamos, los hijos cosecharán las consecuencias. Por esa razón, la voluntad de Dios es que los padres seamos consientes de la importancia y el valor que tenemos en nuestras familias. En Deuteronomio 11:18-21 se hace énfasis en la educación cristiana que los padres pueden dar a los chicos, dice vs. 19 “Instruyan a sus hijos hablándoles de ellas (Las palabras de la voluntad de Dios) tanto en la casa como en el camino, y cuando se acuesten y cuando se levanten…”; las consecuencias de vivir y enseñar la Palabra de Dios según vs. 21: “…su vida y las de sus hijos… sea tan larga como la existencia del cielo sobre la tierra” Para el Israelita, la cantidad de años era sinónimo de bendición, de prosperidad, de felicidad, de realización; no solamente a cantidad, sino a calidad. Esto nos garantiza que cuando el padre es una persona que es fiel a Dios, sus hijos viven las consecuencias de ello, ya que viven en la bendición y la felicidad del hijo de Dios, conocen y disfrutan de ese Dios, no solo un Dios abstracto sino un Dios vivencial, diario, material; porque lo ve cada día reflejado en sus progenitores. No quiere decir que con eso tendrá padres perfectos, pero sus padres están sujetos al Padre Celestial que si es perfecto, que va perfeccionando la vivencia de los padres terrenales, y, paulatinamente, perfecciona, santifica, la vida de los hijos.
En el Nuevo Testamento, nuevamente habla de la responsabilidad de los padres sobre los hijos, en Gálatas 6:4 dice: “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor” Si los padres de candela hubieran sido personas que realmente rindieran su vida  al Señor, no hubieran perdido su hija por un ajuste de cuentas. Sí, quizás su hija pudiera haber muerto por otras razones, ya que la vida siempre está expuesta a un final, como consecuencia del pecado, pero su conciencia y su corazón estarían tranquilos, reflexivos, en paz. Ahora, deducción personal, están llenos de culpa, de cuestionamiento “Si yo hubiera hecho así… Ella estaría viva…”, de responsabilidad; ahora llenos de odio hacia los asesinos. No educaron en la amonestación y disciplina del Señor, no pudieron, porque ellos están muertos espiritualmente, y es un análisis exterior, ya que, un cristiano procura vivir una vida de honestidad y trabajo; quizás Dios ya cambió el corazón de ellos, no lo se; solo sabemos que las elecciones de ellos quitaron la vida de su hija de 11 años.
Entonces, como padres, tenemos una hermosa pero  grande responsabilidad, la de educar en la fe a nuestros hijos, para que ellos puedan vivir y disfrutar de la felicidad de ser un Hijo de Dios.

Carlos Brinkmann

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