Habiendo
reconocido que el Padre es “nuestro”, nos abocamos al final de la introducción:
“Que
estás en los cielos…”
Yendo
al diccionario, el cielo es el lugar y estado de bienaventuranza; y
bienaventuranza, es la vida y posesión de Dios en el cielo. Entonces, cuando
oramos “que estás en los cielos”
estamos diciendo por un lado la naturaleza diferente de las cosas del Señor, no
son terrenales o atadas a los límites terrenales, y es el momento y lugar de
comunión perfecta con el Señor. Al analizar y pensar en la naturaleza y estado
de Dios, nos dirigiremos a revisar la naturaleza del mismo, o, por lo menos,
una leve aproximación. Veremos los atributos de Dios, lo que es la esencia y
estado divino.
Los
atributos los podemos calificar entre: Quietos
y Activos. Los quietos no generan cambios ni actividad; los activos,
si generan movimiento y son cambiantes.
Entre
los quietos podemos organizarlos así:
1. La Unidad : Dios no se divide en sí mismo,
sí el ser humano que está dividido en cuerpo y alma; además hay un solo Dios,
no hay otro Dios fuera de Él.
2. La Simplicidad : No esta compuesto de materia y
forma, otra vez como el ser humano, cuerpo y alma; su naturaleza es espiritual,
no compuesta.
3. La Inmutabilidad : En Dios no hay cambios, ni de
sustancia, ni de propósitos, es el mismo siempre.
4. Es Infinito: No tiene fin, ni su sustancia ni sus capacidades o atributos.
5. Es Eterno:
No nace ni muere como el resto de las criaturas.
6. Es Omnipresente: Acá encontramos la conjunción de dos palabras: Omni: Todo, total, completo; y Presente:
De estar en un lugar. El Señor puede estar presente en todos los lugares al
mismo tiempo. Esto nos puede servir de consuelo, cuando estamos desamparados,
Alguien está con nosotros; pero también de advertencia, nada podemos esconder
de Él.
Nos
referiremos ahora a los atributos activos:
1. Vida Divina: Dios es vida en sí mismo, lo marca su resurrección; además es el
dador de la vida, da origen a la misma.
2. Conocimiento Divino: Vemos ahora el segundo omni: Su Omnisciencia,
Dios lo sabe todo, pero aún así no coacciona a la voluntad humana, no presionó
a Judas para que lo traicionara, ni tampoco lo hizo con Pedro para que lo
confesara. Respeta la libertad de la persona.
3. La Sabiduría Divina : Dios prepara y ordena todo
para que se cumpla su voluntad. En ocasiones vemos lo desastroso de las cosas
que nos suceden, muchas veces preguntamos ¿Por qué…?, pero Dios va
entretejiendo la trama hasta que se cumple su plan.
4. La voluntad Divina: Dios es causa y efecto, nada ni nadie lo mueve para vivir su opinión
a. Esta voluntad es dual, por
ejemplo: Acepta lo bueno, pero rechaza lo malo.
b. Quiere que todos se salven, pero condena
a los que lo rechazan.
c. Es irresistible, por ejemplo en la Creación , se hizo tal como Él quería; pero en el
aspecto de la salvación, la persona puede decirle que no quiere ser salvada.
d. Es Absoluta: Juan el Bautista fue lleno del Espíritu Santo aún antes
de nacer, Dios hace las cosas como mejor le place; pero sigue, igualmente, usando los medios para brindarle al
hombre su obra, estos medios son el Evangelio y los Sacramentos, Bautismo y
Santa Cena.
e. Tiene el aspecto de gracia, somos salvos por la fe, es
porque viene por la libre voluntad de amor de Dios; pero también es condicional, espera del hombre como
respuesta de esta salvación, un hábito y sistema de vida acorde a un cristiano.
f.
Es Revelada: Su voluntad
aparece en la Palabra ,
la Biblia ,
allí encontramos lo suficiente para nuestra salvación; pero también hay aspectos escondidos, que no los
quiere revelar aún.
5. La Santidad Divina : El Señor está por sobre todas
las criaturas, no comparte su esencia pecadora, por ello está en contra del
pecado.
6. Justicia Divina: Dios es justo y recto, al ser perfecto, al no tener pecado, no se
equivoca ni duda de sus decisiones.
7. Verdad Divina: Dios siempre dice la verdad y cumple sus promesas.
8. Poder Divino: Aquí viene el tercer Omni: Omnipotente,
Dios tiene todo el poder, nada ni nadie puede vencerle.
9. Bondad Divina: que se manifiesta en: a) Gracia,
su actitud hacia la humanidad no merecida por la misma; b) Su Misericordia, está con aquél que lo
necesita; c) Su Amor, que se manifiesta
por querer el bien de las personas; y d) su Paciencia,
esa espera interminable de procurar que todas las personas sean salvas.
Estimados
hermanos, podemos ver a este Dios, tan inmenso, pero tan cercano a nosotros. Hay
rincones del universo que son infinitos para el hombre, pero fueron creados por
el Señor, ordenados por Él, y todo encaja dentro de un maravilloso plan; pero,
en esta inmensidad, tiene un trato personal de atención, cuidado y protección
de cada uno de sus hijos. Nos enfatiza nuestra necesidad, vivimos la vida con
una actitud auto-suficiente, como creyéndonos lo más poderoso sobre la tierra,
sin embargo, en comparación, somos más minúsculos que una partícula de un átomo
ante la inmensidad del Salvador. Pero
esta actitud del Señor hacia nosotros nos despierta confianza, ya que en esta
tierra cualquier persona con poder se nos acerca en la medida que le podemos
ser útiles, el Señor se nos acerca para que Él os pueda ser útil.
Cuando
ores “que
estás en los cielos”, puedas ver la grandiosidad de Dios, pero también
su belleza y delicadeza. Que Dios te bendiga.
Pastor Carlos
Brinkmann
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