Durante
este mes de Agosto del 2012, hemos celebrado el día del niño en diversas
oportunidades, y en cada congregación nos hemos reunido para alegrarnos con los
niños festejando esa infancia plena que el Señor mismo les ha dado. Creemos y
enfatizamos que los niños son criatura de Dios, que el bautismo los transforma
en hijos dilectos de Él, ya que Cristo mismo afirma en Marcos 10:14: “…dejad a los niños venir a mí…”; ese no
ser estorbo ni tropiezo para que un niño tenga esa comunión especial con su
Salvador. Es más, pone la fe de un niño como el ejemplo a seguir, lo afirma en
Marcos 10:15, recibir el reino de Dios como un niño; podemos hacer dos interpretaciones,
la edad cronológica, que un niño sea salvo le da la posibilidad que desde la
temprana edad disfrutar de la obra de salvación y cuidados divinos; y desde la
dependencia personal, un niño no tiene
grandes cuestionamientos, ni quejas, sino que en su mirar inocente y
dependiente de un mayor, confía con más facilidad, y espera con mas confianza
que un propio adulto.
Esto lo
celebramos con los niños, maestros y padres de las congregaciones, y nos
gozamos en ello. El Sábado 04 de Agosto en Esperanza, una actividad barrial,
donde participaron niños y adultos, con canciones, payasos, castillos inflables,
merienda, y la presencia de la Palabra de Dios; el 18 de Agosto en Nueva
Argentina, también a nivel del paraje; el 19 de Agosto en el encuentro
circuital de niños en Montecarlo, donde participamos de la parroquia, entre niños,
maestros y padres; y el 25 de Agosto en Iguazú. Claro, esto no es propaganda,
digo como una estadística del valioso servicio que como iglesia estamos
haciendo, llevando a Cristo a tantas personas, algunas miembros de la iglesia
luterana, otros no, pero todos con la misma necesidad de la salvación y de la
vida eterna; y si hubiera habido sólo uno, ya hubiese valido todo el esfuerzo.
Queremos agradecer a los que prepararon todo, ofrendaron, trabajaron, mamás,
papás, miembros en general, y no quiero dar nombres porque desde quien hizo el
mayor esfuerzo o menor esfuerzo, desde quien se ve hasta aquél que no se ve, lo
hicieron por amor al Señor, y es a Él a quien le damos toda la Gloria. Amén.
Carlos
Brinkmann
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